f.j.Rabadán

martes, 10 de agosto de 2010

Caracolá Flamenca de Lebrija: Esperanza Fernández


IV Bienal de Flamenco De Sevilla 1986. Actuación de la Familia Fernández


El pasado mes de Julio (Viernes 23 y Sábado24 ).Asistí a la Caracolá de Lebrija.Lugar de encuentro del buen flamenco.Ni siquiera sabía quién estaba en cartel, pero cual fue mi sorpresa que entre los distintos artistas de ese día tocaba Esperanza Fernández, en principio era una más.Pero su buen hacer en el flamenco, sus maestría, su naturalidad. Ese dominio de los tangos de Triana, de las bulerías , soleares y otras, demostraron su riqueza tímbrica y su mucho compás. Nos mostraron a una cantaora de estilo propio que no sigue clichés. Posee una larga trayectoría artística, que abarca desde el compás profundo de soleares y seguidillas , a la interpretación clásica del Amor Brujo de Falla, pasando por experimentos de música contemporánea.Ha recorrido los más importantes escenarios del mundo, dejando su impronta en Nueva York, París, Marsella, sidi abou said en Túnez, etc.

A lo largo de su actuación recordé que en el año 1986 en la IV Bienal de Flamenco de Sevilla, me llamaron para tocar el bajo, junto con el norteamericano Arthur(no recuerdo su apellido), que había aprendido a tocar flamenco en su violín de la mano de Gualberto, con la idea de acompañar a la familia Fernández que actuaba junto con la de los Amayas en esta Bienal. En esa época Esperanza era una chiquilla , que cantaba por la Lole, la Susi y otros .
Hicimos un par de ensayos para conjuntarnos en su casa (creo).
Arthur y yo habíamos ensayado por nuestra cuenta, antes, por medio de una cinta magnetofónica, las canciones
De esa actuación conservo casualmente esta foto.

Al final de su actuación Esperanza canto Djelem, Djelem (anduve, anduve), que aunque sabía que existía nunca la había escuchado. Este tema parece que fue compuesto o arreglado por el gitano yugoslavo Jarko Jonavic, sobre una tonada popular rumana o del este de europa( se dice que fue recogida por primera vez por el músico búlgaro Milan Aivazov, pero sin letra, para otros esta melodía de origen rumano, se había popularizado en los espectáculos de varietées en el París de los años veinte y treinta. El caso es que era una melodía conocida y versionada por los gitanos serbios, ya en la década de los sesenta). La letra fue escrita junto con el médico gitano Jan Cibula, basándose en la represión que sufrieron los gitanos en los campos de exterminio nazis de la Segunda Gran Guerra, para el Congreso Internacional romaní de 1971,de Londres, dónde fue adoptado como el Himno Gitano.

Anduve, anduve por largos caminos
Encontré afortunados romà
Ay romà ¿de dónde venís
con las tiendas y los niños hambrientos?

¡Ay romà, ay muchachos!

También yo tenía una gran familia
fue asesinada por la Legión Negra
hombres y mujeres fueron descuartizados
entre ellos también niños pequeños

¡Ay romà, ay muchachos!

Abre, Dios, las negras puertas
que pueda ver dónde está mi gente.
Volveré a recorrer los caminios
y caminaré con afortunados calós

¡Ay romà, ay muchachos!

¡Arriba Gitanos! Ahora es el momento
Venid conmigo los romà del mundo
La cara morena y los ojos oscuros
me gustan tanto como las uvas negras

¡Ay romà, ay muchachos!