f.j.Rabadán

martes, 23 de diciembre de 2008

DE LAS CORRECCIONES OPTICAS DE LOS GRIEGOS A LA ANAMORFOSIS


De las correcciones ópticas de los griegos a las anamorfosis .


El arte ha sido y es exponente de la forma de percibir el mundo por nuestro cerebro. Los griegos que habían alcanzado a través del Logo la capacidad de racionalizar los fenómenos de la Naturaleza y en parte las causas que lo producen. Creadores del canon, buscadores de la armonía , en la proporción matemática o geométrica, pronto habrían de aplicar estos conocimientos al arte o deducirlos de él. Caso de las proporciones áureas o las relaciones interválicas de los cuerpos sonoros .Veamos como ejemplo la experiencia en la construcción de los templos, los arquitectos griegos habían observado de que si colocaban el frontón verticalmente la sensación óptica de quienes lo observaran sería de que esta estaba inclinado hacia delante y podría caerse, así mismo las columnas vistas desde lejos darían la impresión al observador de que son estrechas por su centro y no verticales, lo que produciría una inquietante sensación de desproporción o caos, lo que estaría muy lejos del pensamiento y del carácter cultural de los antiguos griegos. Para evitar esto se utilizaba la ténica de la éntasis o gálibo que consistía en el ensanchamiento del fuste de la columna, generalmente hacia el centro,
El templo griego y como máximo exponente el Partenón, (dedicado a la diosa protectora de la ciudad de Atenas) eran arquitecturas dedicadas a los dioses, en su interior nada más que entraban los sacerdotes, los rezos y sacrificios se hacían en le exterior, por lo que eran edificaciones para ser observadas desde fuera. Hemos hablado del éntasis de la columnas, pero no era lo único, en esa búsqueda de la armonía visual utilizaban también diversos procedimientos, como la curvatura del entablamento y del estilobato, para reforzar la sensación de estabilidad. . Para evitar la monotonía y pesadez, las distancias que separan las columnas son distintas y están ligeramente inclinadas hacia el centro de la fachada y hacia el interior, para contrarrestar el efecto de divergencia que produce una columnata perfectamente vertical



Los Romanos gustaron de engañar al ojo con pinturas ilusorias, como falsas ventanas que daban a jardines o paisajes lejanos dentro de sus casas. Como se constata en la pinturas de las casas pompeyanas. Estas pinturas ilusionistas pompeyanas tienen su continuación en las «quadrature», o pinturas ilusionistas de perspectivas arquitectónicas surgidas durante el Renacimiento y llevadas a su perfección a lo largo del Barroco que, en ocasiones, además de una función decorativa podían tener como objetivo paliar o disimular defectos de la arquitectura que las acogía. En ellas se superan los límites físicos de la arquitectura real, ampliando indefinidamente los espacios a través de perfeccionadas técnicas pictóricas y de perspectiva. Leonardo da Vinci «abrió» la pared del refectorio del Convento de Santa María de las Gracias, en Milán, al pintar una Santa Cena cuyo fondo arquitectónico, con tres ventanas, es una prolongación de la arquitectura real del comedor del convento. En la misma línea debemos situar las pinturas de Miguel Angel en los techos de la Capilla Sixtina. Andrea Magtegna prosigue esta práctica con el óculo fingido de la Cámara de los Esposos del Palacio Ducal de la Mantua, en 1473. Mantegna plasmó una verdadera galería de retratos (de perfil, de tres cuartos o de frente al espectador), en la que todos los personajes están perfectamente caracterizados: la familia de Ludovico Gonzaga, el hombre que convirtió al artista de Padua en el retratista oficial de su corte; los cortesanos; los servidores y todos los demás asiduos de la vida palaciega. Mantegna creò uno de los mayores engaños visuales de todos los tiempos. Mantegna la realizó entre 1471 y 1474 y el fresco cubre la pared derecha por completo Tenemos que hablar de la estructura general de la sala, lo cual justifica esta vertiginosa visión de este óculo supuestamente abierto en el techo. . Mantegna concibió las decoraciones en la sala cuadrangular como si un espectador ideal las viera desde el centro geométrico de la sala. Por ello, al cambiar la orientación de su mirada había de cambiar también la perspectiva. Así, al mirar al techo, en vertical y de arriba abajo encontraría un supuesto óculo o lucernario circular abierto al cielo, con una barandilla sobre la cual se asoman diversos personajes, un pavo real y unos amorcillos. Los adornos de la balaustrada son los mismos de la “logia” de la Corte de los Gonzaga, lo cual da una unidad arquitectónica al espacio fingido donde se desarrollan las acciones de los personajes pintados. Entre los amorcillos y los otros personajes hay detalles anecdóticos e incluso divertidos: ya resulta curiosa la vista de “sotto in sú” de los querubines, pero además encontramos a dos de ellos, a la derecha del pavo real, que habiendo sacado sus cabecitas por los huecos de la barandilla se han atascado y lloran asustados. Y en complicidad con el espectador unas jovencitas miran con coquetería hacía él mientras se acicalan . Alrrededor del óculo, Mantegna finge una decoración de ajedrezado, muy apreciada por los artistas renacentistas por las dificultades en la proyección geométrica que implica, y una guirnalda de flores y apetitosas frutas, similar a otras típicas de la época.

No obstante, la época de esplendor de la pintura ilusionista, «trompe l'oeil» , es el Barroco

Y es también este período el del gran esplendor de una difícil técnica derivada de los experimentos de la perspectiva que se habían originado y desarrollado a lo largo del Renacimiento. Hablamos de la Anamorfosis, que consiste en la ingeniosa deformación de las figuras de forma que para poderlas ver necesitamos situarnos en un ángulo de visión anormal o bien necesitar de un espejo curvo. Estas pinturas eran juegos intelectuales propios de una pintura elitista, o bien para encriptar figuras o temas tabúes para la época. Tenemos datos de esta técnica en los escritos de Leonardo da Vinci, pero es a lo largo de los siglos XVI y XVII, cuando se va desarrollar el gusto por la anamorfosis, palabra griega que significa dar nueva forma, rehacer. Los ejemplos más conocidos son un retrato del rey Eduardo VI (1546, Galería Nacional de Retratos, Londres), atribuido a Cornelius Anthonisz, y la calavera pintada entre los dos personajes en el cuadro , Los embajadores de Hans Holbein el Joven (1533, Galeria Nacional, Londres).




Para poder verla en su dimensión es necesario aproximarse al cuadro por un lado y mirar desde unos pocos centímetros a la derecha, a ras de los ojos de los embajadores, y de este modo se revelara en su auténtica dimensión la críptica calavera.

De moda estuvieron los llamados gabinetes o cámaras.
En estos gabinetes, tanto las pirámides como los conos, situados con su eje horizontal sobre mesas, o con el eje vertical en el suelo o en el techo, ofrecen a los curiosos todo tipo de imágenes anamórficas, ya sea en su exterior o en su interior.

En un segundo trabajo hablare de la evolución hasta nuestros días de esta técnica..

1 comentario:

abc dijo...

éntasis o gálibo... no galbo